Los tremendos casos de la “Tremenda Corte”.
Resulta ser que el día de
ayer, 5 de noviembre de 2013, la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia
de la Nación se dio a la “tremenda” tarea de decidir sobre un caso de unos
Periodistas Poblanos en que uno de ellos se dio por ofendido por la exclamación
del otro; el caso es que había que decidir si los adjetivos “maricón” y “puñal”
resultaban ser agresivos, peyorativos o en su caso denigrantes, caso que además
ya había sido tratado por ellos en el mes de marzo del presente año.
La cosa es que, para que un
asunto pueda ser ventilado y discutido por el máximo Tribuna Mexicano, según
los Doctos en Derecho, debe contener al menos dos elementos sin los cuales no
se admite a discusión a saber: a).- que sea de extrema importancia jurídica y
b).- que su contenido sea de trascendencia jurídica para fortalecer así el
sistema judicial del País.
Cuando en México existen casos
como el actual de un joven detenido de manera por demás arbitraria en el Estado
de Chihuahua y mediante el cual se encuentra privado de su libertad porque se
buscó un culpable en un caso de un multi
homicidio y el sujeto les pareció sospechoso y se ha comprobado fehacientemente
que lo único que lo involucra es su propia declaración obtenida por medios de
tortura como ha probado la Comisión de Derechos Humanos y que aún así continúa
preso, o como el reciente indulto al Maestro Chiapaneco que pasó preso los
últimos trece años de su vida y que vergonzosamente acaba de obtener su
libertad por ese indulto del titular del poder ejecutivo, lo que significa que
el poder judicial fue incapaz de resolver en derecho y muchísimos casos más que
podría citar, la Suprema Corte de Justicia se aboca a definir si “maricón” o
“puñal” son adjetivos agraviantes. Por ello es que ahora digo, que en vez de
nombrar a este organismo como Suprema Corte de Justicia, en adelante le llamaré
“LA TREMENDA CORTE” en una paráfrasis de aquella tan gustada serie de la radio
y tendremos que trasportar a los actores de casos de importancia y
trascendencia, a María Nananina, al inconfundible Tres Patines o a Rulecindo
Caldeiras y Escobiña como actores en cualquier caso que se presente ante la
Tremenda Corte y que por desgracia nos ubica como cualquier Ciudadano Mexicano
que tenga que caer en las garras de ésta Tremenda Corte.
El día de hoy, se dio la
noticia de una encuesta muy seria, presentada por el Maestro Mauricio Merino,
y en la que los resultados de nuestro País en relación al concepto de
democracia, de credibilidad en las Autoridades, de inequidad en el reparto de
la riqueza, de la corrupción galopante nos llevan al último lugar de todo
nuestro Continente. Los mexicanos no creemos en nuestras Autoridades, tal vez
solamente por casos como el que planteo y porque vivimos en un estado de in
seguridad física, económica y política como nunca antes habría existido.
Y la relación causa efecto
entonces se da, cuando nos enteramos del costo que significa en recursos
públicos de las sesiones de la “Tremenda Corte” para resolver casos de
definición de adjetivos calificativos; no puede ser, es inconcebible que estos
personajes de novela radial usen el valiosísimo tiempo con los sueldos y
prebendas de las que gozan para que nos den este tipo de resultados, sin
embargo, y ante una manifiesta y general inconformidad de la sociedad mexicana,
es tiempo de que se tome al toro por los cuernos, o tal vez que se determinen
sentencias como lo hace el tremendo juez de la tremenda corte, y que aunque
parezcan “salomónicas”, tundan en la realidad a estos auténticos buenos para
nada y los manden a hacer trabajos comunitarios para que puedan darse un
pequeño baño de “pueblo” y desde esa perspectiva, estén en posibilidad de
volverse parte de un pueblo que para ellos no existe.
GAF 6 de nov. 2013
Esa es la realidad absoluta, muy bueno el comentario y su contenido
ResponderEliminargracias por el comentario; pero una de las razones obvias es que debemos dar nuestro nombre para así crear una conciencia ciudadana de respeto. Estoy a sus ordenes.
EliminarAdemás, se tuvo que adecuar el código procesal penal para darle facultades al ejecutivo y poder resarcir las agonías de la muy bien definida "tremenda Corte". Excelente forma de transcribir nuestra realidad mexicana. Soy mexicana y por ello no pongo mi nombre por las represalias de siempre, Ud. debe comprender.
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